EXPERIENCIA NASA 2025: los sueños no se conquistan mirando las estrellas, sino preparándose todos los días para alcanzarlas.
- Martin Curiman

- Oct 5
- 3 min read
“La inmensidad, la belleza, el desafío y el triunfo están capturados en cada historia que nace bajo el cielo de la NASA, donde la humanidad aprende que el límite no está en el espacio… sino en la mente.”
Hace unos días tuve el privilegio de participar en la Experiencia Ejecutiva SET NASA 2025, una vivencia que trasciende cualquier concepto de capacitación o liderazgo.

Durante una semana, el Kennedy Space Center en Cabo Cañaveral se convirtió en el aula más extraordinaria que uno pueda imaginar: un lugar donde las ideas flotan con la misma ligereza que los sueños, y donde la innovación deja de ser una palabra para convertirse en una forma de pensar, de actuar… y de vivir.
Fuimos 30 líderes de distintos países de Latinoamérica reunidos por una misma razón: aprender de la NASA lo que significa trabajar bajo presión, gestionar la incertidumbre y tomar decisiones cuando el margen de error no existe. Cada jornada fue una lección de humildad y visión.Las conversaciones con colegas, los talleres, las dinámicas de equipo y las charlas con expertos nos llevaron a reflexionar sobre cómo, detrás de cada lanzamiento exitoso, hay un sistema de cooperación, disciplina y propósito compartido.
Entre las experiencias más memorables estuvo la conferencia del astronauta Don Thomas, quien nos transmitió con sencillez y emoción las enseñanzas que solo puede brindar alguien que ha visto la Tierra desde el espacio.Junto a él, la astronauta argentina Noel de Castro compartió su visión en un foro inspirador sobre liderazgo y trabajo en equipo, despertando en todos nosotros una profunda admiración y una avalancha de preguntas que enriquecieron el intercambio.En cada palabra, en cada historia, se respiraba algo más que ciencia: se respiraba propósito.
El recorrido por los parques del Kennedy Space Center fue un viaje sensorial.Desde los entrenamientos simulados hasta las experiencias audiovisuales, cada rincón hablaba de superación, de fracaso convertido en conocimiento, y de la magia de trabajar por objetivos que parecen imposibles.


Fue allí, en medio de trajes espaciales, cápsulas y cohetes históricos, donde confirmé una vez más que la grandeza no nace del talento, sino de la preparación constante.
Tuve la dicha de vivir esta experiencia acompañado de varios agentes de Curiman Brokers Group, profesionales a quienes respeto profundamente. Compartimos risas, aprendizajes y conversaciones que fortalecieron nuestros lazos no solo profesionales, sino también humanos.Ver su entusiasmo y curiosidad fue, sin duda, uno de los mayores regalos del viaje.

Uno de los momentos más emotivos llegó cuando recibí un reconocimiento por parte de Jonatan Loidi y el equipo de Grupo SET, quienes me honraron por llevar liderazgo, innovación y propósito a Curiman Brokers Group.Agradecido por su gesto y por la amistad que nos une desde hace años, quise devolver ese simbolismo de una manera especial: registré una estrella real a nombre de Grupo SET, Porque hay vínculos que merecen quedar grabados más allá de la Tierra.
La experiencia culminó con un almuerzo en Fish Lips, en Cocoa Beach, donde entre risas y anécdotas se respiraba una mezcla de satisfacción y nostalgia. Todos sabíamos que habíamos vivido algo irrepetible.Hablamos de inteligencia artificial, diseño de futuro, liderazgo, networking y trabajo corporativo, pero sobre todo, hablamos de la vida: de lo que nos impulsa a seguir mirando hacia arriba, incluso cuando el camino se vuelve incierto.
Hoy, al volver a Houston, siento que esta experiencia no terminó: apenas despegó.Porque cuando uno se expone a un entorno donde la excelencia es la norma, el pensamiento se expande, y el compromiso con el propio propósito se eleva a otra órbita.Y si algo me dejó la NASA grabado en el corazón, es esto:
los sueños no se conquistan mirando las estrellas, sino preparándose todos los días para alcanzarlas.





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